Solía viajar con un grupo internacional de amigos. Era el mismo grupo que conocí en Madrid en 2005, con el mismo organizamos la aventura de Europa del Este sobre la cual he escrito. Un miembro del grupo, una encantadora rubia flamenca, me invitó a visitar su ciudad. ¿Tal vez por eso decidí a visitar Gante dos veces, primero en 2007 y luego en 2010? ¿O quizás fue porque estamos hablando de una de las ciudades medievales más ricas de Europa occidental con un patrimonio enorme aún intacto? ¿Fue el festival de 10 días que atrae a cientos de miles de personas todos los años mi inspiración para ir? De todos modos no tiendo a visitar un cierto lugar dos veces, salvo que haya un buen motivo para hacerlo.
Gentse Feesten o el Festival de Gante no es un festival típico de música. Es más bien un evento artístico de 10 días. Durante ese tiempo la ciudad se convierte en un escenario gigante donde numerosas actuaciones se presentan en escenarios especialmente construidos o en cualquier lugar de la calle. La mayoría de los eventos están relacionados con la música y el teatro, a veces incluso ambos. El evento musical más importante tiene lugar en ambos lados del río Lys incluyendo calles Graslei y Korelei. Durante los últimos anos, el festival ha crecido considerablemente y a pesar de que se ha vuelto bastante turístico todavía mantiene aire de una ciudad pequeña. Sin embargo muchos locales esperan el último día, literalmente, llamado ‘el día de los bolsillos vacíos’, ya que la mayoría de los turistas se van.
Gante es una ciudad con un pasado glorioso. Durante la Edad Media gracias a la industria de la lana que floreció fue probablemente la ciudad más grande del norte de Europa después de París. El meticulosamente conservado casco antiguo es el hogar de una fortaleza y cientos de casas e iglesias medievales de mil años de antigüedad. En las últimas décadas la mayoría de las calles de la zona fueron cerradas al tráfico, y mientras tanto muchas cafeterías, bares de moda y tiendas abrieron. Prácticamente todo el centro de Gante tiene valor artístico e histórico.
El eje histórico comienza en la Catedral de San Bavón, que alberga el famoso Retablo de Gante hecho por los hermanos Van Eyck. La ruta continúa por la Sint-Baafsplein donde el Campanario de Gante, el más alto de Bélgica, ofrece unas vistas sobre la ciudad. Detrás de la torre del campanario la Iglesia gótica de San Nicolás completa el eje. Al lado del río, el antiguo puerto Graslei impresiona con su espléndida arquitectura gótica, renacentista y barroca. En la península entre los ríos Leie y Lieve el monumental Castillo de Gravensteen sirvió durante su historia como sede de los condes de Flandes, palacio de justicia y cárcel.
Dueño de un enorme patrimonio arquitectónico Gante no se convirtió en una ciudad museo. Por el contrario, es una ciudad maravillosa llena de vida. Varios ríos y canales atraviesan majestuosamente el hermoso núcleo medieval lleno de calles y plazas adoquinadas. La vida cultural floreciente da un toque internacional a esta ciudad de tamaño medio. Al mismo tiempo, los locales son conocidos por sus modernos puntos de vista y actitud tolerante. Juntos forman una ciudad con un encanto de pueblo y el espíritu cosmopolita, algo difícil de encontrar en cualquier otra parte del mundo.
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